Estudio Fransmas Arquitectos
Entendemos la arquitectura como si se tratase de la composición de una partitura. Una partitura pensada en global, hecha con mimo y pensando en las sensaciones que ésta nos ha de suscitar.
Una partitura que defina desde el concepto al desarrollo, pasando por la definición de los detalles y por el mundo de las sensaciones. Sensaciones que se definen en su base desde el volumen, la luz, las visuales, la orientación, y la materialidad, hasta la armonía y la percepción de lo vivido o de lo que ha de pasar en y a su alrededor.
Una partitura que parte del lugar y para el lugar. Desde la integración en el entorno al aprovechamiento de las condiciones naturales del lugar donde se inscribe. Una arquitectura para cada lugar y situación. Una arquitectura que nace de la topografía para integrase en un entorno natural o urbano. Una integración que esperamos arraigue raíces para que con el tiempo forme parte natural del propio paisaje. Partitura que denote todas sus partes perfectamente ensambladas y sonantes. Desde la estructura a las demás disciplinas de esta.
Todo ello para que, una vez escrita dicha partitura, se lleve a cabo con la seguridad y armonía de un trabajo sólido y firme.
El hecho de proyectar, crear de la nada, requiere un análisis profundo de uno mismo, de los sentimientos, conocimientos, nostalgias, deseos, reflexiones y de la inspiración. Proyectar requiere enfrentarse con uno mismo, con el momento en el que vive, y en el entorno tanto físico como social.
Proyectamos para crear edificios y ambientes que se integren y logren mimetizarse con su entorno. Ya sea mediante su volumen, integración con el medio en el que está asentado o mediante su materialidad y patina de la misma. Proyectar la arquitectura mediante un conocimiento analítico de todo lo que en ella implica. Desde la obsesión por el detalle y su ejecución hasta por su integración, su concepción tridimensional, la obsesión por la luz, aspecto y función.
Todo ello, junto con las demás disciplinas, configuran el todo.